Por Eskeiver Robles
de @OrdenVenezuela
Recientemente revisaba las noticias en redes sociales y encontré un post en facebook de un joven venezolano que rezaba: “Odio a Venezuela con toda mi alma y no me da pena decirlo”, al leer esto, evidencié el peligroso pensamiento al que está expuesta nuestra juventud, víctima de una ignorancia exacerbada e impuesta por el marxismo con todas sus corrientes ideológicas.
Ante esta situación me vi en la obligación de orientar al muchacho y ayudarlo a identificar a quien realmente odiaba. Le expliqué que para amar u odiar a Venezuela, primero debe conocerla, su historia, su gente, su cultura, sus tradiciones y apreciar todo lo que ella significa. Haciéndole saber que las circunstancias económicas y políticas que atraviesa el país están directamente relacionadas con los resultados de gobiernos socialistas y no con la Nación en su esencia.
Instantes después, éste joven publicó imágenes alusivas a los problemas que actualmente nos afligen; la proliferación de los barrios, niños comiendo de la basura y de las infinitas colas que se hacen para comprar algo de comida. Alegando además que no sirve de nada tener bellezas naturales si la sociedad es mediocre y elige por sí misma a sus verdugos.
Ante esto, le di la razón en el hecho de que una Nación depende directamente de cuán educada esté su ciudadanía, y con base en ello, elijan correctamente a sus gobernantes. No obstante, le exhorté que es nuestro deber rescatar a esta sociedad y reeducarla, pues nos tocó vivir esto gracias a las acciones y omisiones de anteriores generaciones; aun así debemos actuar a pesar de ello, ¿Saben por qué? porque es nuestra tierra, nuestra casa, el lugar a donde pertenecemos y donde nunca nos vamos a sentir excluidos a menos que lo permitamos.
Es importante separar y diferenciar bien los sentimientos de amor por Venezuela (porque bastantes razones tenemos para amarla y de sentirnos orgullosos de ser venezolanos) de nuestra ira hacia aquellos que la han lastimado, corrompido, humillado y desprestigiado, esos deberán pagar mientras les alcance la vida por sus crímenes de lesa patria.
Venezuela nunca estará sola mientras exista quien le duela, nosotros somos sus hijos y por ende los responsables de cuidarla, embellecerla, respetarla y sobre todo valorarla, pues sólo desde esos sentimientos, podremos reconstruirla.
¿Qué debemos hacer entonces para devolverla al sitio que merece? pues comenzar por un intenso deseo de aprender, leer e investigar sobre cómo se constituyó nuestra República para que así podamos entender su valor. Practicar cada día la excelencia, educarnos y educar a los que nos rodean como si de ello dependiera nuestra vida. La ignorancia es la mayor arma con la que esta nefasta tiranía nos domina, es por esto que debemos evitar su avance.
En estos momentos de oscuridad, te prometo joven venezolano que en cuanto le regresemos la estabilidad a la nación, Venezuela será doblemente Grande. Como venezolanos debemos asumir una cuota de responsabilidad en los problemas que nos afligen y ese es el deber de cada ciudadano, debemos formar un sólo cuerpo de lucha, y a pesar de que actualmente desconfiamos de todo lo que nos rodea, una buena forma de vislumbrar un norte, es leyendo el Plan de Nación del Movimiento Nacionalista ORDEN. Allí se condensan ideas, que estoy seguro te harán plantearte el apoyar el Ideal del Bien Nacional y éste a su vez ayudarnos tanto a nosotros como a las próximas generaciones a gritar con orgullo: ¡YO SOY VENEZOLANO!
Venezuela quiere ORDEN