A finales de los años 80, era evidente que la Unión Soviética estaba a punto de implosionar. El mayor ejemplo de que las ideas de Marx son un fracaso llegaba a su triste fin. Fidel Castro, sabiendo que el financiamiento otorgado por su mayor aliado acabaría en poco tiempo, no se quedó con los brazos cruzados, y en conjunto con un joven líder sindicalista, y trotskista brasileño llamado Luiz Inácio “Lula” da Silva, funda una organización que pretendía suplantar a la Unión Soviética como el epicentro de la izquierda mundial. Es así como apenas siete meses luego de la caída del Muro de Berlin, se crea el Foro de Sao Paulo.
Para su fundación fueron convocados todos los grupos socialistas del continente, incluyendo desde organizaciones “moderadas” como el mismo Partido de los Trabajadores de Brasil, del cual Lula era Presidente, hasta grupos marxistas abiertamente terroristas como las FARC, la cual fue parte fundamental para el impulso económico del recién creado Foro, debido a los ingentes recursos provenientes del narcotráfico.
El Foro de Sao Paulo se convertiría en pocos años en la mayor agrupación de movimientos y partidos marxistas de la región, siendo Fidel Castro y el Partido Comunista de Cuba el corazón y líder de la organización. En este sentido, Castro colocó como objetivo fundamental que los distintos miembros del Foro trabajaran entre si, y crecieran primero como sector opositor dentro de sus respectivos países, para posteriormente consolidar el poder. Por supuesto, siempre teniendo a la Revolución Cubana como el ejemplo a seguir.
Gracias al dinero proveniente del narcotráfico internacional, el Foro de Sao Paulo no solo financió a sus miembros, sino que también patrocinó organizaciones no gubernamentales y a personajes públicos como periodistas y escritores para que defendieran y promovieran el “renacimiento” del socialismo en la región.
Otra estrategia clave promovida por Castro fue la de suavizar los métodos y el lenguaje para facilitar el acceso de sus miembros al poder. A través de la mentira, el engaño, y la traición, el Foro de Sao Paulo fue ganando espacios en el continente. El primer gran éxito del plan castrista fue el mismo Hugo Chávez, lo que garantizaba recursos casi-ilimitados para la expansión de la revolución socialista. En 2002 Lula Da Silva haría lo propio en Brasil, y a partir de allí caería uno a uno el resto de naciones: Argentina con los Kirchner, Tabaré Vázquez en Uruguay, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Daniel Ortega en Nicaragua, entre otros. Para el 2010, justamente dos décadas después de fundado, el Foro de Sao Paulo, y más precisamente, los hermanos Castro tenían el control de toda Centro y Suramérica.
No obstante, no en todos los países pudieron tener el poder total. La resistencia fue fuerte en naciones como Brasil y Argentina, donde ya lograron sacudirse del dominio Socialista. Lamentablemente, Venezuela fue la mayor víctima y donde el Foro de Sao Paulo logró implantar sus ideas de esclavización social con más ahínco. Actualmente, la invasión ideológica del socialismo en el continente está en franco retroceso, sin embargo, no podemos olvidar que el marxismo no descansa en su misión de llevar a la miseria material y espiritual del humano. Por eso, la mayor herramienta para detener su expansión es la educación. Solamente desenmascando los objetivos y métodos reales de la ideología socialista y de proyectos internacionalistas como el que llevó a cabo por tantas décadas Fidel Castro, podremos crear una fuerte contraparte a tan perniciosas ideas.
Venezuela quiere ORDEN