El carácter totalitario del socialismo siempre ha percibido a la educación libre como una amenaza. Por ésta razón, desde la llegada del chavismo en el año 1998 el gobierno ha hecho todos los esfuerzos para mermar la calidad educativa, destruir la academia y controlar los colegios, liceos y universidades.
Aunque el ataque a la educación ha sido general, su objetivo prioritario han sido las universidades autónomas por la dificultad que implica controlarlas, a la vez que los estudiantes han representado uno de sus principales problemas, siendo éstos la vanguardia en las protestas y los principales críticos de su gestión. Buscando desmovilizar al estudiantado, acabar con cualquier foco de pensamiento disidente a la tiranía y controlar las universidades para colocarlas al servicio del partido; el régimen ha iniciado violentas campañas en diversas áreas, generando un desgaste sistemático que implica un peligro mortal para Venezuela.
Como primera medida, el gobierno comunista ha ahorcado presupuestariamente a las universidades, asignándole ínfimos porcentajes que, no solo son totalmente insuficientes para su mantenimiento; además ha degradado criminalmente la profesión docente al ser una de las peor remuneradas en el país, haciendo que miles de profesores abandonen la academia o se vean obligados a emigrar con un incalculable costo para la Nación.
A través de imposiciones jurídicas, la tiranía ha impedido la realización de elecciones para la renovación de autoridades a sabiendas de que serían contundentemente derrotados; así como ha prohibido los concursos de credenciales y oposición que garantizaban el ingreso de los mejores profesionales a los distintos cargos profesorales, promoviendo así la mediocridad y el bajo nivel educativo.
Por otro lado, se ha propiciado el ingreso de la delincuencia en los recintos universitarios, que, solo el año pasado generó más de una decena de muertos entre las distintas instituciones de educación superior, desmovilizando al estudiantado y acabando con el ambiente propicio necesario para el estudio, investigación y vida universitaria.
Pese a todos los ataques que ha realizado el régimen contra la universidad venezolana, su objetivo final es la completa intervención de las mismas. A través de su subordinación ante la ilegítima ANC pretenden acabar definitivamente con la autonomía imponiendo autoridades y pensum ideologizantes, expulsando a todos aquellos quienes se opongan al proceso y sean contrarios a las ideas totalitarias del socialismo.
Ante éste panorama, la resistencia más férrea y dañina contra la tiranía se haya en la educación y la oposición a la ideología socialista, a través del estudio y el pensamiento crítico debemos desmontar su discurso, develar sus falacias y desenmascarar sus intenciones de acabar con Venezuela. ¡Que la moral derrote a la infamia y que las luces acaben con la sombra del comunismo!
¡Venezuela quiere ORDEN!