Venezuela está viviendo uno de los momentos más oscuros de su historia, eso, todos lo sabemos. Tratar de realizarnos, profesional y espiritualmente, en una situación como la actual, parece ser una causa perdida.
Para nosotros los venezolanos, ver hacia el futuro representa el enfrentarnos a ese monstruo llamado socialismo, ese que nos ha sumido en la miseria y ha demorado el desarrollo de nuestras capacidades intelectuales y materiales, empujándonos a invertir la mayor parte de nuestro tiempo en la búsqueda de insumos básicos como la comida, el agua o el gas.
Niños, jóvenes y adultos vivimos la agonía de ver nuestros sueños y esperanzas truncadas debido al resentimiento y odio de aquellos que utilizan el poder en nombre del pueblo, pero que disparan contra él.
Venezuela parece ser una causa perdida, y para ser honestos, no es una por la cual sea fácil luchar. No obstante, vale la pena hacerlo.
¿Ya nos hemos preguntado a dónde iremos si abandonamos la lucha? ¿Es que acaso podemos pertenecer a otro sitio que no sea este? ¿Tener nuestras necesidades básicas cubiertas nos hará sentirnos realmente completos y realizados?
No importa a donde vayamos, si abandonamos esta lucha, dejaríamos de ser venezolanos. Nuestros hijos y nietos crecerían con otras nacionalidades, desentendidos de cualquier sentido de lucha y arraigados a aquella Nación que les ofrezca cobijo.
Esta lucha no se trata de que nos quedemos o nos vayamos del país, se trata de entender el valor que tiene nuestra tierra, a la cual pertenecemos y por la cual muchos héroes derramaron su sangre y entregaron sus vidas voluntariamente enfocados en la consecución de un ideal mayor.
Ese ideal de que algún día, nosotros, sus descendientes, pudiéramos disfrutar las bondades de una Nación en la cual crecer, desarrollarnos y alcanzar nuestros propósitos.
Desafortunadamente ese ideal, no ha seguido su rumbo como se tenía previsto, y henos aquí, haciendo frente a un futuro incierto, con la enorme responsabilidad de ofrecer batalla a la oscura ideología marxista que nos intenta oprimir.
No rendirnos, es la mejor ofrenda que podemos dar a nuestros próceres y a nuestras futuras generaciones, es gritarle a la historia que aunque las condiciones no nos acompañan no estamos dispuestos a capitular, ni a entregar nuestra tierra a una banda de resentidos sociales.
Es momento de reagrupar filas y mirar hacia nuevos horizontes, los partidos que conforman la MUD, han traicionado nuestra lucha en reiteradas oportunidades, y nos demuestran su ineptitud para liderar a la ciudadanía venezolana.
Debemos sumar esfuerzos y apoyo hacia movimientos emergentes, libres de vicios y oprobio como el nuestro. Integrado por venezolanos de bien, decentes y con el objetivo común de devolverle el brillo a Venezuela. Esperamos por ti y contamos contigo, pues como sabrás, esta hermosa tierra nos pertenece a los verdaderos venezolanos.
¡Venezuela quiere orden!