El Nacionalismo Venezolano cree en el trabajo como único motor, legítimo, generador de la riqueza y de la propiedad. «El hecho económico fundamental es el trabajo». Todo lo demás son, solamente, medios para perfeccionar el trabajo, en otras palabras, aumentar nuestra productividad. Por eso las finanzas deben estar subordinadas a la economía real del trabajo, no de manera contraria como sucede hoy en día.
El sistema de reserva fraccionada representa la economía de la finanzas por encima de la economía real del trabajo. Esto es, indudablemente, contrario al orden natural de la cosas. Por eso, las consecuencias no se hacen esperar y su impacto se ve reflejado en los altos niveles de inflación, casi incontrolables, que sufre hoy Venezuela. El «socialismo», partiendo de la premisa de «lucha de clases», destruyó buena parte de la infraestructura que sustentaba la economía real. Curiosamente, dejó intacta esta herramienta de la economía de las finanzas, el sistema de reserva fraccionada. Este cáncer crece dentro del cuerpo económico sin ningún control, matando a la economía real del trabajo, apoyado descaradamente por el socialismo marxista que hoy nos gobierna.
La cantidad de dinero privado o «dinero bancario» puesto en circulación por parte de la banca privada representa en este momento 11 veces la cantidad de dinero puesto en circulación por parte de BCV. En medio de esta desgracia inflacionaria, la economía de las finanzas no para de generar dividendo a costa de la sangre y sudor del pueblo trabajador. Por tanto la prerrogativa de emisión de dinero deberá volver a manos de las instituciones.
La moneda está íntimamente ligada al trabajo, es la herramienta que facilita el intercambio y potencia la división del trabajo. La moneda es la representación de la riqueza generada, a través del trabajo, por una sociedad. Ese es el orden natural de las cosas. Las finanzas al servicio de la economía real (trabajo físico e intelectual). Partiendo de este punto vemos que el respaldo de una moneda no es el oro ni ninguna divisa extranjera, sino el trabajo de toda una nación.
El primer paso que debemos tomar es llevar, de forma progresiva, el encaje al 100%. Es a través de una institución sólida que se debe tomar control de la emisión de dinero y evitar las oscilaciones inflación-deflación. La cantidad de dinero en circulación deberá estar ajustada a nuestra capacidad de producción de bienes y servicios. Con las tecnologías que contamos hoy, se puede recibir datos estadísticos de producción, transporte y comercialización de los bienes de forma rápida y confiable. Y de esta forma, una institución, puede ajustar la oferta monetaria (o cantidad de dinero en circulación) de acuerdo a las necesidades de la economía real.
Este es en principio unas de las tantas medidas que debe tomar, en materia económica, cualquier gobierno que esté comprometido con el bienestar de Venezuela y sus habitantes. Por ello, en medio del desorden y el caos:
Venezuela quiere ORDEN.
Antonio Guzmán