En medio de la crisis mundial por el Covid-19, en nuestro país ha terminado de hacerse visible otra crisis que lleva gestándose desde el principio del chavismo, y que era ya común en el interior del país desde hace varios años atrás: La crisis de los combustibles líquidos.
Ya es de conocimiento público el daño que le hizo la tiranía a la principal industria nacional, pero la gran mayoría desconoce el impacto que puede tener la falta de combustible en la ya deprimida economía venezolana.
Por lo general pensamos que la falta de gasolina solo afecta a los propietarios de camionetas último modelo, y muchos repiten el mito que los alimentos llegan en vehículos diesel, el cual también ha comenzado a escasear.
La mayoria de la economía nacional se mueve gracias a la gasolina, vital para los vehículos de carga mediana utilizados para el transporte de verduras desde los Andes, o de productos lácteos y carne desde el Llano. Es decir, sin gasolina la crisis tal como la conocemos quedará en pañales con lo que nos viene.
¿Entonces cuál es la solución?
En las redes sociales se ha comenzado de dar el debate promovido principalmente por economistas e influencers pertenecientes a las principales consultoras económicas del pais y a los think tank con inclinación liberal, en donde la única solución que proponen es permitir la importacion y distribucion de combustibles por privados.
Es decir, seguir con del Modelo Chino y Ruso post- URSS, que ha venido aplicándose recientemente en el país, el cual no es mas que permitir el libre mercado para satisfacción de algunos empresarios relacionados al chavismo, mientras el comunismo sigue asesinando a los venezolanos, pero dando la impresión que ya todo está normal, haciendo creer que ya el problema del hambre y la desnutrición está solucionado solo porque llenaron unos anaqueles con una popular crema de chocolate italiana.
A pesar que en muchas zonas del país se está pagando combustible por encima del precio internacional, y que en una muy probable importación de combustible los precios se nivelen, llegará un momento donde el aparato productivo nacional no estará en capacidad de soportar tal estructura de costos, que se traducirá en más hambre y muerte, mientras los empresarios amigos del gobierno del gobierno engordan como sanguijuelas.
Existe una única solución, y no es más que la salida de la tiranía narco-comunista. Con la sola salida del gobierno se dejarían de enviar miles de barriles diarios de gasolina a Cuba, y serían usados en territorio nacional y asi palear momentáneamente la crisis mientras se recuperan las refinerías, y se va aumentando gradualmente el precio de los combustibles hasta que este negocio sea rentable y asi disminuir el impacto en el bolsillo de los ciudadanos.
Por último, alertamos a los venezolanos, que no solo nos enfrentamos a los ya conocidos cohabitadores ideológicos, si no tambien a los económicos.
Venezuela quiere ORDEN