Share on facebook
Share on twitter
Share on telegram
Share on whatsapp
Share on email

El amo es el último en conceder la libertad

Actualmente en Venezuela está implantado un sistema socialista que durante años se ha encargado de destruir todas las instituciones de la República bajo la farsa de la igualdad y la falsa promesa de la felicidad.

La verdad es que el ejecutor principal de dicho desastre es el chavismo, ya que después de haber fracasado por la fuerza se encargó de llegar al poder por la vía democrática y luego se dedicó a acabar con la democracia, transformándose en amo y señor de la vida de millones de personas, convirtiéndolos en esclavos que no tienen para comer todos los días, y que muchas veces ni agua tienen para bañarse.

Hoy millones de venezolanos son esclavos porque deben esperar una bolsa paupérrima de comida debido a que no tienen otra opción.

El chavismo y todo el sistema instaurado es opresión, el chavismo y cada uno de sus representantes son la tiranía, y en esta ecuación el amo es el último en conceder la libertad, es decir, es con quien menos se debe negociar para conquistar la libertad.

Ese señor feudal que tanto daño ha hecho es el menos indicado para ser parte de la reconstrucción de Venezuela, además ha trabajado durante todos estos años para tener el control de casi todo, se ha encargado de infundir terror y ha practicado inescrupulosamente la tortura. No es cuestión de odio ni resentimiento, estos valores negativos ya están reservados para toda la izquierda, se trata de justicia, paz, reconstrucción y bien nacional.

Por tal motivo el chavismo no es un actor con el cual los venezolanos puedan acordar su libertad, sino todo lo contrario es el motivo por el cual millones se vieron en la obligación a emigrar, es el responsable de muchas muertes, y el generador de la mayor miseria en toda la historia de Venezuela.

Una cosa es dividir al chavismo para lograr un quiebre en su estructura de poder, y otra muy distinta es ser caperucita roja y dormir con el lobo después de que se comió a la abuela. La justicia no puede ser para unos pocos, la paz no puede estar reservada para un grupo, y el destino de la nación no puede seguir en las manos de quienes la destruyeron.

El amo es el último en conceder la libertad, porque es a quien menos le importa el bienestar nacional.

Por: Helena del Caribe