Por @NelsonRZ33
De @OrdenVenezuela
Sujeto histórico que trasciende de la abstracción de un simple concepto repetido y vulgarmente universalizado. Espíritu objetivo que busca forma, toma cuerpo y cobra vida en la propia objetivación de la Idea de Nación. Su sentido a lo absoluto de su esencia y substancia lo lleva a la necesidad de la búsqueda del conocimiento que se materializa en la representación que se expresa en la historia, en el folklore y la idiosincrasia.
Es su rico acervo histórico y su proyección lo que la mantiene vivo y viril; buscando la consciencia del sí para encontrarse consigo misma. Esta consciencia naciente supera las sensaciones materiales y efímeras, busca lo infinito; busca su lugar, reconocimiento y preponderancia hacia la grandeza. Es un despertar del letargo, el cual, encandilado por la luz de la consciencia del si, inicia su tránsito a la compresión de la realidad para disputar su destino.
Absoluto, natural y orgánicamente armónico; uno y todo, todo y uno, individuo y colectivo, colectivo e individuo, uno y ambos son su objetivación. Ausente la negación de su esencia, afirma su existencia como sujeto histórico en búsqueda de la concreción de su destino.
La Gran Nación Venezolana se levanta como eterno presente de grandeza y prosperidad en términos tangibles de vida e interacción social. Su joven historia expresada en cualidades, talentos y bondades es su vía de realización; es su propio porvenir forjado en el presente infinito.
Este reconocimiento del si deja de ser una entelequia al apegarse a nuestro transcurrir histórico que nos da el ser de sí. De esta manera, la necesidad de su conocimiento tiene principio y fin absoluto en nuestra historia. Dicho conocimiento toma esencia en cada individuo a través de la experiencia y consciencia del pasado histórico y se proyecta en la acción presente y futura, convirtiéndose en colectivo que proyecta la vitalidad de su gentilicio.
El esplendor del porvenir de nuestro objeto histórico no son tiempos circunstanciales, como en el pasado reciente fue. Las partes se fusionan en el Todo, es el Todo que hoy nos define y nos definirá en arquetipo y gentilicio, siendo este Todo la objetivación y mistificación de su trascendencia que tiene su huella en atributos y cualidades concretas de las partes que elevan al reconocimiento del Todo por la grandeza de su obra.
La separación y anulación de la historia es la negación de quienes por despojo de su ser la desprecian. En su conocimiento del absoluto se supera la inmediatez, se aplasta fetiches perecederos porque su voluntad se subliman en la objetivación de la propia historia universal. Hoy, la adolescente nación incipientemente comienza a demandar su lugar en ella, porque es la causa y fin total que mueve a las buenas almas que incansablemente buscan la respuesta del poderoso enigma de quiénes somos y hacia dónde decidimos marchar, estimulando la conciencia del ser descubriendo su valor reafirmado: La venezolanidad.
Todo esto no es una verdad revelada; por la fuerza de los acontecimientos de nuestro manantial histórico es una verdad vigorosa que alumbra el tránsito de ésta época para llenar de luz a las próximas generaciones, porque su base es la realidad con la base de la historia y su aliada es la voluntad con la fundamentación de una Idea que funge como guía generacional. Realidad, Voluntad e Idea se conjugan para frenar la barbarie que arrolla a la Nación.
Somos todo, somos venezolanos.
¡Venezuela Quiere ORDEN!