Por: Manuel Rangel
El número 1 de Venezuela, querido por miles de venezolanos. El primero en conocer a fondo el poder de la televisión y de los medios de comunicación para educar, para crear en el venezolano la conciencia nacional. El primero que le transmitió a millones de venezolanos la belleza de nuestros paisajes, la importancia de ser ciudadanos y el orgullo de ser venezolanos. Según sus propias palabras
“La televisión puede instruir, pero por encima de todo debe educar. La televisión educa cuando enseña buenos modales y respeto al ciudadano. No olviden que el respeto es el peldaño indispensable para el amor. Y esto es algo a lo que debemos retornar. Pero el retorno del país hacia sí mismo no puede ser sino a través de su conciencia como país.”
Sin embargo, y para el bien de Venezuela, Ottolina comprendió que no debía quedarse solo en la televisión, que su inmenso amor por el país, su gran patriotismo, debía convertirse en acción política. Es así como Renny, totalmente asqueado de como se hacía política en Venezuela, comenzó a denunciar la ya corrupta partidocracia que estaba derrochando el inmenso potencial de Venezuela. Sin pelos en la lengua, denunció la indignante actitud de los partidos políticos, la polítiquería había sustituido a la verdadera política. “Esa situación de insatisfacción nacional ante la falta de seriedad y de moralidad práctica de quienes dirigen nuestra política, es uno de los factores determinantes para que se haya hablado de mí, como posible candidato a la Presidencia de la República.”
Renny aceptó el reto de asumir una candidatura que le diera esperanzas al venezolano de un cambio. De reunir las voluntades de los ciudadanos venezolanos entorno a una sola idea, una Venezuela grande y próspera. Consolidar nuestra conciencia como venezolanos para aportar a nuestro país todo nuestro potencial “En el mundo complejo de nuestros días, el triunfo de las naciones es hijo de la organización, de la preparación, de la lucha que templa y acrisola voluntades e ideas; y quien como yo desea ver a su país organizado y disciplinado en el esfuerzo que debe hacer para alcanzar el máximo nivel a que tiene derecho como nación digna y grande”,
El ascenso de Renny Ottolina como candidato presidencial fue meteórico. Por primera vez desde el año 58, Venezuela parecía que podía retomar el rumbo perdido, ahora de la mano de un hombre que confiaba plenamente en la capacidad de los venezolanos, “Resiento que un líder extranjero me diga a mí como venezolano cuál es el camino… Creo firmemente que Venezuela nació para ser líder…Nosotros tenemos suficiente materia gris, suficiente pasado histórico, y suficiente fuerza como país para decirle a todos ellos por donde es el asunto”.
Para Renny, Venezuela, guiada por la partidocracia populista, se había olvidado de sí misma. Para salir del agujero creado por los populistas, bastaba con revivir la fuerza del venezolano, hacernos entender que nosotros si podemos, solo nos falta un poco de ORDEN, disciplinar nuestras emociones y habilidades, y enfocarlas en un solo objetivo, la grandeza de Venezuela. Bajo el eslogan “por un gobierno decente” junto a su discurso, levantó masas de venezolanos, mientras los partidos, temerosos de que Renny se convirtiera en el hombre que destruyera sus cogollos, y le diera el rumbo que se merece Venezuela, comenzaron a truncarle el camino. Todos los venezolanos estaban seguros que Renny Ottolina sería el próximo presidente de Venezuela. Sin embargo, el 16 de marzo de 1978, en extrañas circunstancias aún no resueltas, su avioneta se estrelló en El Avila, muriendo así el número uno de Venezuela.
Renny Ottolina fue un antes y un después en la retina de los venezolanos, su recuerdo hoy vuelve a brillar y ahora más que nunca, en estas horas de decadencia de nuestra tierra. Su proyecto político era claro: Meritocracia sobre partidocracia, un gobierno eficiente y transparente alejado del populismo, y el nacionalismo como doctrina para rescatar el orgullo de ser venezolano y agrupar el talento de todos los venezolanos en un solo objetivo “darle a Venezuela el destino de grandeza que se merece” Por su honestidad, su capacidad, sus ideales y su inmenso amor por el país, los nacionalistas venezolanos rescatamos su figura, y aseguramos que Renny Ottolina fue ¡Un Nacionalista de Verdad!
Venezuela quiere ORDEN