Las ideas que reposan en cada uno de los ciudadanos han de encaminar una serie de transformaciones; en primer plano, para el individuo, y en segundo, para la nación. Es allí donde aparece la virtud patriótica y el sentimiento de amor al país, que al materializarse y convertirse en acciones tangibles da origen al Nacionalismo, corriente política, ideológica y filosófica.
El Nacionalismo ha de contemplarse de acuerdo a cada nación en específico, pues es como su huella dactilar, único e irrepetible. Su estudio es un reto que debe asumir la presente generación que lucha para no ver desaparecer su identidad. De este planteamiento surge la siguiente pregunta: ¿Cuál es la importancia del nacionalismo venezolano como corriente ideológica, política y filosófica para el futuro de la Nación?
Para hallar la respuesta a la incógnita planteada se debe hacer un análisis histórico y teórico del trasfondo del tema en cuestión, y así comprender la importancia de este y poderlo entender en su más pura esencia.
El nacionalismo es la transformación del sentimiento de amor a la patria en acciones tangibles, único e irrepetible en cada país. En este sentido Laureano Vallenilla Lanz, en su obra “Cesarismo Democrático” – literatura de relevancia para entender nuestro nacionalismo – sostiene: “Afirmar que todas las naciones hispanoamericanas deben gobernarse según un modelo determinado es desconocer los orígenes y la evolución de cada una de estas naciones, que no pueden englobarse arbitrariamente en una sola clasificación sociológica”. (p. 232).
En el aspecto político, adversa a los espectros tradicionales de izquierda y derecha, pues su emblema es el Ideal del Bien Nacional por encima de cualquier otro interés, desplazando todas aquellas ideas foráneas, materialistas y el egoísmo individual. En base a lo anterior, Céspedes, J (2015) expresa: ¨ La Nación por encima de todo, el bienestar de todos por encima de unos u otros; ¡Ése es el motor que da vida a la idea republicana y a la idea nacionalista! Se trata de dirigir o encausar cada acto en el engrandecimiento de Venezuela…¨ (p. 5).
La Nación Venezolana no es un objeto inanimado, es la reunión de voluntades incansables que trabajan día a día para contribuir al engrandecimiento de nuestro suelo sagrado, nuestra madre patria. Nos unen una multitud de lazos invisibles que nos convierten en un todo único e inseparable, ese trasfondo que sobrepasa lo material, nos hace y nos seguirá haciendo Nación. Venezuela se forjó a través de un largo proceso histórico de intercambio cultural y mestizaje, que se cristalizó durante las gestas heroicas independentistas y fue elevada por patriotas quienes ya se sentían venezolanos antes que españoles o colombianos.
Dicho todo esto, cada vez que en un venezolano se enciende la llama del sentimiento de amor hacia su país, allí está presente el patriotismo; es necesario entonces, para la existencia del Nacionalismo, juntar las virtudes ciudadanas y redirigirlas en pro del bien nacional, de modo que no se diluyan en simples acciones individuales y aisladas.
En definitiva, la importancia del Nacionalismo Venezolano como doctrina para el desarrollo del país radica en ser el único recurso que puede garantizar la supervivencia de su identidad, y la única alternativa política y filosófica que promueve la exaltación de la Nación por encima de los intereses egoístas particulares o sectarios, puesto que este no se trata de un partido o institución, sino de un ideal de grandeza nacional. Una vez comprendido e internalizado el Nacionalismo Venezolano en cada ciudadano, Venezuela estará orientada a ser próspera, digna y fuerte entre las demás naciones del mundo.
VENEZUELA QUIERE ORDEN
Lizbeth Gil.