Por Nelson Ramírez @NelsonRZ33 de @OrdenVenezuela
En la actualidad existen concepciones erradas sobre el nacionalismo y su vinculación con el régimen despótico que se ha impuesto en Venezuela.
Es muy probable, como a menudo sucede, que el desconocimiento pueda causar cierto temor hacia procesos culturales, históricos y antropológicos absolutamente reales y normales. En primera instancia, quiero aclarar que desde el año 58 hasta nuestros días jamás ha habido vocación nacionalista alguna en nuestro país. Lo anterior se debe a un hecho muy concreto: los comunistas (o todos aquellos que se alimentaron de la doctrina marxista; cosa que aconteció con todos los dirigentes políticos del país) no creen ni sienten vocación por la Patria, y no respetan el sentimiento de la Nación. Tanto en su panfleto doctrinario -el Manifiesto del Partido Comunista– como en Ideología alemana, Marx y Engels enfatizan que «los obreros no tienen patria».
Con esta sentencia se establecen las bases para una de las principales características de todos los movimientos políticos descendientes del marxismo original: su internacionalismo; aspecto éste que choca y se contrapone a los valores de toda nación.
El Nacionalismo Venezolano funge como marco referencial de la cultura y los valores de los pueblos, cohesionando a sus integrantes. Las conductas y los comportamientos sociales tradicionalistas emanan de allí. A través de ese sentimiento los ciudadanos se identifican y se reconocen como miembros de una comunidad política. El hecho de sentirse acomunados y hermanados, no atenta en contra de la individualidad de cada ser integrante, de sus capacidades, aptitudes y méritos. La valoración de esa pertenencia hace que todos los esfuerzos se enfilen hacia el desarrollo del país, para sentir así orgullo del gentilicio, de la nacionalidad; para, en pocas palabras, volver a sentir el orgullo y la alegría de ser venezolano.
La identidad nacional no es un concepto metafísico, altisonante, ni mucho menos vacío, pues no existe ninguna nación en el mundo que haya alcanzado altos grados de desarrollo humano sin antes haber cultivado su identidad y su espíritu nacional. La apelación a la identidad nacional por parte del chavismo, ha sido justamente el contraargumento: el arbitrario encasillamiento y la grosera falsificación de períodos históricos, en detrimento de otros, es un hecho propagandístico que ha logrado el efecto contrario al potencial nacionalista. El fenómeno en cuestión ha hecho brotar resentimientos para así enfrentarnos unos con otros y odiarnos, precisamente para que no tengamos identidad nacional.
El Nacionalismo Venezolano no lleva consigo malas intenciones, ni necesita de enemigos, esto en virtud de que el Nacionalismo une y compacta a los ciudadanos en torno al país y su realización. En el Nacionalismo Venezolano no hay preeminencia de un grupo sobre otro, no existen minorías ni mayorías, pues esos dos conceptos son totalmente excluyentes y nocivos para la prosperidad de la Nación. Si al caso vamos, es el marxismo el que teoriza y luego fomenta enemigos imaginarios y luchas espurias (como la lucha de clases), dentro de la Nación, para destruirla.
Es incongruente categorizar al chavismo como nacionalista. Enumeraré algunas de las razones que hacen obvia a la denuncia de tal incongruencia, refiriéndome al régimen:
- Ha entregado nuestros recursos naturales a otros países.
- Ha continuado cediendo nuestra soberanía territorial sobre el Esequibo, a Guyana.
- Ha permitido la dominación extranjera (Cuba, Rusia, China, Irán, Brasil…) en nuestro país.
- Ha incentivado persistentemente la fuga del talento humano nacional.
- Ha endeudado a la Nación hasta el punto de hipotecar su futuro.
- Ha despilfarrado el erario público como ningún otro régimen en la historia.
- Ha orientado sus políticas a ayudar a otros países, mientras Venezuela se cae a pedazos.
- Ha dejado como última prioridad la seguridad de los ciudadanos (fundamento del Estado).
- Ha destruido la Industria nacional.
- Ha permitido la rectoría de Cuba en materia de seguridad y defensa nacional – entre otras.
Es evidente el nulo amor a la Nación venezolana, y la gran tendencia internacionalista y traidora que porta este régimen en sus entrañas.
El Nacionalismo Venezolano se propone como la alternativa política que necesita Venezuela para salir de la terminal decadencia. El país necesita recuperar el amor hacia sí mismo, un sentimiento que siembre y eleve la conciencia de los ciudadanos sobre los pilares de la responsabilidad, y el sentido del deber y del respeto. Venezuela exige y merece un mejor destino.
VENEZUELA QUIERE ORDEN