Por Nelson Ramírez @NelsonRZ33 de @OrdenVenezuela
El objeto de quienes hacen del Populismo (como padre de todos los vicios y perversiones) su más firme herramienta estratégica, es mantener anclados a los ciudadanos en vanas esperanzas y débiles ilusiones. La materialización para esclavizar se solidifica en efímeros y fraudulentos eventos electorales que les aseguran sus cargos para lograr su único objetivo: sus negocios personales. Son muchas las aproximaciones que se pueden hacer en torno a este tema, sin embargo, puntualizaremos según el enfoque del Nacionalismo venezolano dicho termino en función de las practicas “políticas” de las últimas cinco décadas.
Iniciaremos por categorizar al Populismo a la luz de lo acontecido durante el régimen chavista y el período que lo antecedió y lo gestó: el bipartidismo de la denominada 4º República. Podemos afirmar que el populismo es una perversión y banalización de La Política; el objetivo de su utilizo por parte de los gobernantes es degenerar a la ciudadanía, haciéndola dependiente económica y psíquicamente para una permanencia más holgada en el poder. La práctica del populismo en Venezuela desde los ‘60 se caracteriza por:
- Masificar a la ciudadanía para despojar a los ciudadanos de su identidad y deberes cívicos.
- Plantear argumentaciones irracionales para el beneplácito de las masas.
- Prometer grandes objetivos a cambio del menor esfuerzo.
- Exacerbación de expectativas y esperanzas en soluciones rápidas pero irrealizables.
- Exaltar, vanagloriar y fomentar la pobreza como ideal y forma de vida.
- Propagar los vicios de una minoría como expresión típica de la cultura cívica de los venezolanos.
Estos factores solo son posibles bajo las siguientes constantes:
- Niveles de educación y cultura cívica deficiente.
- Inexistente memoria histórica.
- Subvaloración de los deberes cívicos.
- Valoración del ser humano como mero objeto de derecho.
La Política de las últimas cuatro décadas ha sido caracterizada por esta práctica populista que está evidenciando el grado de indigencia en el que se encuentra la Nación. Lo Político se ha circunscrito a una serie de promesas sin fundamento y a la constante practica de los elementos descritos anteriormente. Ante una pérdida de legitimidad, por años de promesas incumplidas, el sistema político ha ido adaptándose para continuar con su permanente engaño. Elementos como la lástima, la compasión y la victimización han sido elevados como los pilares morales del populismo. Los espectáculos electorales que benefician a toda la clase política sin excepción, trafica esperanzas legitimando el despotismo.
Nuestra esencia brilla diametralmente opuesta a la vana esperanza que los partidos tradicionales y sus dirigencias han vociferado por 57 años. Para esta clase política paquidérmica no existe la más mínima intención de cambiar.
El nacionalismo se contrapone a esta perversión asumiendo la realidad en toda su crudeza, para combatir de manera efectiva lo nocivo del populismo y sus terribles consecuencias para el país. ¿Cómo? Conservando siempre la coherencia entre discurso, pensamiento y acción en aras de la resolución práctica de los problemas de nuestra sociedad. Nuestro sueño, es coherente a nuestras convicciones; es materializar a una Venezuela potente y próspera, con ciudadanos con alta conciencia nacional, orgullosos y realizados en su tierra natal.
VENEZUELA QUIERE ORDEN