La Dra. Beatriz Carreño, bióloga de la USB y actualmente ejerciendo en la Universidad de Washington, creó una vacuna que mejora inmunidad de enfermos de cáncer de pulmón, vejiga y colon basada en proteínas modificadas del propio paciente. Su investigación ha sido meritoria de ser publicada en la prestigiosa revista científica Science en mayo de 2015. Por su parte, la Dra. Mayly Sánchez, física de la ULA y actualmente profesora en la Universidad de Iowa, fue galardonada en julio de 2012 con el Presidential Early Career Award for Scientists and Engineers, el más alto premio que otorga el gobierno de Estados Unidos a los científicos en etapas iniciales de sus investigaciones. Trabaja en tres líneas de investigación, todas basadas en el estudio de neutrinos.
Ambas tienen algo en común: por diversas circunstancias tuvieron la necesidad de emigrar de Venezuela en búsqueda de un mejor lugar donde desarrollar sus capacidades académicas y profesionales. Casos como estos, donde científicos venezolanos destacan en el exterior, pueden nombrarse por centenas, tanto ahora como en el pasado. Tal es el caso del más grande científico venezolano, el Dr. Humberto Fernández Morán, médico nacido en Maracaibo en 1924, quien vivió gran parte de su vida fuera del país. Graduado Summa Cum Laude en Alemania a los 21 años, regresó a Venezuela a cursar su postgrado en Medicina Tropical en la UCV y partió de nuevo a E.E.U.U. a estudiar neurología, a partir de entonces centró sus estudios en esta rama. Proyectos posteriores lo llevaron a inventar el bisturí de punta de diamante y el microscopio electrónico criogénico. Fue profesor en prestigiosas instituciones internacionales, fue asesor de la NASA y llegó a rechazar un premio Nobel ya que era requisito renunciar a su nacionalidad venezolana. En Venezuela fue fundador del ahora llamado Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). 10 días antes del derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, fue nombrado Ministro de Educación. Sin embargo, por razones políticas tuvo que pedir asilo en E.E.U.U., motivo aparente por el cual este eminente científico fue ignorado por las autoridades y es casi desconocido dentro la población venezolana.
Ha de reconocerse también la labor de aquellos investigadores que aún Venezuela logran resultados asombrosos a pesar de contar con recursos muy limitados debido al déficit presupuestario destinado a la investigación. Por nombrar sólo un caso, en 2014 científicos venezolanos del IVIC armaron una pinza óptica, instrumento que permite “atrapar” partículas micrométricas y nanométricas con el uso de un haz de luz láser. Si bien esta tecnología no es nueva, estos expertos construyeron el instrumento con recursos y materiales de sus propios laboratorios sin necesidad de importar nada e incluso desarrollaron el software para visualizar y analizar la técnica y sus resultados. Este objeto de micromanipulación tiene diversas aplicaciones en el campo de la biología, la física, la química y la salud.
Viendo el potencial de nuestros científicos que surgen de instituciones ahorcadas financieramente y además destacan en el exterior, usted se imagina ¿cómo sería su aporte si dispusieran de todos los recursos aquí? Venezuela ha pasado de ser el primer país en América del Sur en construir un reactor nuclear en la década de los 50’, a quedar por debajo de Cuba en investigación científica en la última década y la tendencia sigue descendente.
Los nacionalistas venezolanos resaltamos la necesidad de incentivar el retorno a Venezuela de los profesionales egresados de nuestras universidades, en especial los académicos más destacados en sus ramas, para así iniciar la reconstrucción del país. Es necesario engrandecer las condiciones de los profesores para rescatar en los jóvenes el incentivo por la investigación, tanto en ciencia pura como aplicada, y así Venezuela surgirá como una verdadera potencia mundial.
Bernardo Kostich
Venezuela quiere ORDEN.